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Al hablar del futuro todos tenemos ideas diferentes, algunos piensan que vamos a estar viviendo en una película de ciencia ficción con coches voladores, asistentes virtuales que ya no dependen de una bocina inteligente, robots y modificaciones corporales que no unen con la tecnología, otros creen que los cambios van a ser más sutiles, que el mundo no va a cambiar demasiado y que simplemente vamos a tener unos cuantos avances tecnológicos que nos van a hacer la vida más fácil. La realidad es que no podemos saber exactamente lo que nos va a pasar en los próximos años, pero una compañía de telecomunicaciones partió de lo que tenemos ahora para desarrollar un prototipo que nuestra como van a cambiar nuestros cuerpos para el año 2100.

TollFreeForwarding se puso a analizar nuestros hábitos para determinar cuales podrían ser los cambios físicos que vamos a ver en el futuro, especialmente debido al uso excesivo de los teléfonos y otros gadgets que forman parte fundamental de la vida actual (no, no es como el estudio que dice que a los adolescentes les está saliendo un cuerno en la cabeza por su adicción a los smartphones y por ir con la cabeza inclinada todo el tiempo para ver la pantalla).

La compañía creó un prototipo llamado Mindy, que supuestamente revela como serán los humanos en el futuro. Esta mujer futurista tiene la espalda encorvada, que es el resultado de pasar horas sentados frente a una pantalla de computadora en la oficina y por la mala postura que adoptamos, y un cuello más alargado, que sería el resultado de la inclinación que se le da a la cabeza cuando volteamos hacia abajo para ver el teléfono.

Así será el futuro cuerpo del ser humano por el uso de celulares y  computadoras

(Los humanos de hace 100 años son idénticos a los de ahora, así que no estamos seguros de que realmente vayamos a cambiar de esa forma tan drástica en 81 años).

Supuestamente, la postura del cuerpo se deforma por el uso constante de los teléfonos y nos vamos a adaptar a eso en el futuro para ser más eficientes en el uso de la tecnología. Para llegar a esa concusión, la compañía contactó a Maple Hollistics, una empresa especializada en salud y bienestar, quien les explicó que “pasar horas mirando hacia abajo a tu teléfono te tensa el cuello y te quita el equilibro”, además, piensan que el uso constante podría causar que nuestro ADN se modifique para adaptar nuestros cuerpos a la tecnología y evitar los problemas que tenemos ahora (no te va a doler el cuello, pero vas a tener la espalda completamente encorvada y la movilidad se va a volver muy limitada).

TollFreeForwarding al parecer piensa que en el futuro cercano los humanos nos vamos a ver como un TRex de caricatura.

Así se verán los humanos del futuro, por culpa de los teléfonos | GQ México  y Latinoamérica

El cráneo de Mindy es más grueso para proteger a su cerebro de la radiación de los teléfonos (que ya se demostró que no es tan dañina como se pensaba, aunque si puede alterar tus patrones de sueño) y su cerebro es más pequeño, esto basándose en la teoría que dice que la vida más sedentaria está reduciendo la capacidad del cerebro humano, sus manos tienen forma de garras, para tomar los teléfonos con más facilidad (como cuando Chandler intenta romper el récord en un videojuego y su mano se moldea a la palanca), y sus codos están doblados a 90 grados.

Esto, según los expertos, porque la forma en la que sostenemos nuestros teléfonos causa tensión en ciertos puntos del brazo, causando la “garra de texto” y los codos permanentemente doblados. Por si eso fuera poco, la compañía propone una última locura, Mindy tiene un segundo par de párpados que la ayudan a proteger sus ojos de la luz de los dispositivos.

Claramente, Mindy es un extremo y es probable que los humanos del 2100 se vayan a ver como lo hacemos nosotros, pero el prototipo más bien fue creado para demostrar todos los daños que el uso excesivo de los teléfonos pueden causar a largo plazo, y lo que nuestros cuerpos tendían que hacer para adaptarse a ellos.

Impactante: así será el cuerpo del ser humano en el año 3000 por el uso  constante de la tecnología - Infobae

por Paloma González4 de octubre de 2019