Al menos 237 personas murieron luego de que el centro de México se viera estremecido este martes por la tarde por un poderoso terremoto de magnitud 7.1, que hizo colapsar decenas de edificaciones y dejó a miles atrapados entre los escombros
Según el Servicio Sismológico Nacional de México, el terremoto se produjo a las 1:14:40 p.m., hora de México. Su epicentro se ubicó en el límite entre los estados de Puebla y Morelos, 120 kilómetros al sureste de la Ciudad de México y a una profundidad de 57 kilómetros (aquí se puede consultar el informe).
“Es el peor terremoto que he sentido en mi vida”, lamentó Carlos Leal, un mexicano que vive al sur de la capital y que dio uno de varios testimonios sobre la intensidad del sismo a Univision Noticias. “Me tenía que levantar de mi escritorio a detener las cosas y al mismo tiempo llamaba a mi esposa sabiendo que estaba trabajando en un edificio”.
El país propenso a sufrir sismos aún trataba de superar la conmoción de hace dos semanas cuando unas 100 personas murieron por el terremoto de magnitud 8.1 que estremeció los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco.
Irónicamente el sismo se dio en el aniversario del gran terremoto de 1985 que causó al menos 5,000 muertes y por el cual se realizan simulacros en todo el país cada 19 de septiembre. De hecho, el sismo real del martes ocurrió casi una hora después del simulacro anual: “Pero esta vez no hubo alerta, solo sentimos el temblor: el terremoto nos tomó por sorpresa”, contó Janet Cacelín, una periodista de Univision que envió una crónica desde la capital.
De un momento a otro, la capital se convirtió en un escenario de viviendas agrietadas o sin muros y de edificios colapsados, imágenes que pronto recorrieron las redes mientras los mexicanos se preocupaban por sus seres queridos. Entre las montañas de piedras y ladrillos, algunos voluntarios crearon listas con papel y marcador con los nombres de personas rescatadas, leyéndolas en voz alta para videos que luego se compartieron en Twitter y Facebook, por si el mensaje le llegaba a algún familiar.
El sismo causó que las fachadas de algunas edificaciones en Ciudad de México se vinieran abajo, destrozando autos que se encontraban en las calles adyacentes.
El colegio Enrique Rébsamen, en la zona sur de la capital, se convirtió en uno de los centros de tragedia: el presidente Enrique Peña Nieto confirmó que se encontraron allí 25 cuerpos (21 niños y cuatro adultos) luego de que el edificio se derrumbara. Decenas de niños siguen desaparecidos. Después de comunicarse esta mañana con una niña que pidió auxilio, los rescatistas aún continúan con los esfuerzos para salvarla.
Voluntarios, médicos y militares se unieron a las labores de rescate en las calles de la capital, donde los rescatistas hacían pedidos de silencio para detectar pedidos de socorro de personas atrapadas que no podían verse a simple vista.
Unos 200 estudiantes de ingeniería y arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se unieron en la sede del Centro Nacional de Prevención de Desastres para asistir con sus operativos tras el sismo.
En las horas posteriores al temblor se conocieron dramáticas historias de sobrevivientes y víctimas. Óscar Castellanos permaneció durante seis horas bajo los escombros de un edificio en la colonia Roma de la capital y fue rescatado después de solicitar auxilio en un mensaje de texto: “Estoy atrapado cerca de la escalera de emergencia”.
El Departamento de Desarrollo Social de la Ciudad de México informó en la tarde del miércoles que habían sido rescatadas 52 personas de los escombros en toda la capital.
El sismo tuvo al menos 11 réplicas, la más fuerte de intensidad 4.0. El evento telúrico dejó a 4.6 millones de personas sin energía eléctrica, según la Comisión Federal de Electricidad.
Para destinar fondos a la recuperación, el gobierno de México declaró emergencia en la capital del país y en 33 municipios de Morelos.
Según informó la agencia de noticias española EFE, en el estado de Puebla se vinieron abajo las torres de la Iglesia de Cholula. En Morelos y Oaxaca también se reportan daños.
Al menos 44 edificios se derrumbaron total o parcialmente solo en Ciudad de México, según el alcalde, Miguel Ángel Mancera.