Un avión no tripulado RQ-4 Global Hawk del Ejército del Aire de EE.UU. se estrelló el pasado 26 de junio en aguas cercanas a la bahía de Cádiz, según confirmaron a ABC fuentes militares estadounidenses. Hasta su publicación el miércoles en la web estadounidense «The War Zone» no había trascendido ninguna noticia sobre este incidente.
La voz de alarma «se produjo alrededor de las cinco de la tarde, cuando el Global Hawk cayó frente a Rota (Cádiz) sin que ninguna persona se viera afectada», añade a este diario el capitán de corbeta Joe Hontz, portavoz del Mando Europeo de EE.UU., con sede en Stuttgart (Alemania).
Una vez que se tuvo constancia del accidente se inició un operativo de rescate del aparato con el objeto de recuperar la mayor parte de su material sensible. Todo ello con el objetivo de evitar que cayera en manos no deseadas.
«El buque de apoyo USNS Arctic, que se encontraba realizando operaciones de rutina en el área de la Sexta Flota, fue el encargado de recoger los restos del aparato. Además, para su localización fue movilizado un avión KC-135 que despegó desde la base aérea de Zaragoza», detalla el capitán de corbeta Hontz.
El RQ-4 Global Hawk es el mayor dron que opera en las fuerzas armadas estadounidenses con un peso de unos 1.630 kilos. Tiene una longitud de 14,5 metros y una envergadura de casi 40 metros. Es construido por Northrop Grumman, con tecnología de Raytheon y L3.
Desde el punto de vista operacional es conocido por ser el «avión espía no tripulado» de la Fuerza Aérea estadounidense, siendo el equivalente actual al famoso U2 de los años 50. Realiza las denominadas misiones ISR (siglas en inglés de inteligencia, vigilancia y reconocimiento). Transmite imágenes en tiempo real, pudiendo realizar las misiones de día y noche y con todas las condiciones meteorológica.
Vuela a una cota de hasta 19 kilómetros de altura, con un récord de permanencia en vuelo de 34 horas seguidas y desplazándose en ese tiempo en distancias de 13.000 km. Operativo en la US Air Force desde 2009, el Global Hawk fue desplegado en la base de Sigonella (Italia) en febrero de 2015. Ha participado en misiones en el norte africano, Ucrania, mar Negro y Mediterráneo, entre otros escenarios cercanos conocidos.
Este accidente es el segundo en apenas un año de un avión no tripulado RQ-4 Global Hawk. El anterior tuvo lugar en el desierto de California. «Las causas del siniestro se desconocen y una Junta de Investigación de Seguridad permanece abierta para esclarecer los hechos», informa el oficial estadounidense destinado en Stuttgart.
Fuente: abc.es