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Este martes el sacerdote católico Jacques Hamel fue brutalmente asesinado por dos integrantes de ISIS en plena iglesia en la región de Normandía donde ofrecía un servicio religioso.

El padre Hamel, un cura nacido en 1930 en la población de Darnétal, al norte de Francia, según la Diócesis de Rouen, fue ordenado sacerdote en 1958 y en 2008 cumplió sus 50 años de servicio religioso. Era un hombre amado por quienes lo conocían y el martes fue despedido por los principales líderes religiosos del mundo, incluyendo el papa Francisco.

Este martes a sus 86 años, Hemel fue víctima de una muerte brutal en la que dos atacantes soldados del grupo terrorista ingresaron al recinto religioso y obligaron al sacerdote a arrodillarse antes de cortar su garganta, según contó a la afiliada de CNN BFMTV la hermana Daniele Delafosse, una religiosa testigo de los hechos que logró escapar del ataque.

“Era un padre extraordinario, es todo lo que quiero decir. El padre Jacques es grande”, dijo ella.

Delafosse aseguró que los dos hombres estaban filmando los ataques y se reunieron alrededor del altar de la iglesia donde hicieron un tipo de acto religioso en Árabe antes de asesinar al sacerdote. Mientras tanto los fieles les pedían a los hombres que se detuvieran.

La Santa Sede envió un comunicado en el que aseguró que el papa Francisco estaba “horrorizado” por el acto de barbarie.

“Es una noticia terrible, que desafortunadamente se agrega a la serie de violencia que en los días recientes nos han conmocionado, y creado un inmenso dolor y preocupación. Seguimos la información para entender qué ha ocurrido. El papa está informado y siente el dolor y el horror de esta violencia absurda”, dice el comunicado.

Hamel, padre auxiliar de la parroquia de Saint-Etienne du Rouvray, fue descrito como un hombre valiente, servicial y de paz, según la Agencia Católica de Prensa, ACI.

El sacerdote de origen congolés Auguste Moanda-Phuati, líder de la iglesia en la que murió Hamel, lo describió como un hombre fuerte, pues a pesar de que podía retirarse a los 75 años, decidió seguir trabajando con la comunidad.

“[Era] muy apreciado. Era un buen hombre, simple y sin extravagancia”, dijo Moanda-Phuati a Le Figaro este martes, luego de interrumpir sus vacaciones de manera urgente por lo sucedido. “Él decía que no hay sacerdotes y por eso podía estar al servicio. Prefirió quedarse en este lugar y seguir trabajando”.

Mohammed Karabila, presidente del Consejo Nacional de Culto Musulmán de Normandía, dijo que Hamel era “un hombre de paz, de religión, con un carisma claro. Una persona que ha dedicado su vida a sus ideas y su fe. Él sacrificó su vida por los demás”, según ACI Prensa.

En una carta parroquial escrita el 6 de junio y firmada por el padre ’Jacques’, el sacerdote dijo que “es tiempo de considerar a los otros, no importa quien sean… escuchemos la invitación de Dios para cuidar este mundo, en el que vivimos, mucho más caluroso, humano y fraternal”.

Alarmas encendidas

La muerte del sacerdote francés encendió una vez más las alarmas en Francia por la ola de ataques terroristas que han sacudido al país en los últimos meses, pero esta vez con un agravante adicional en el que la iglesia católica fue un blanco de la guerra sin tregua de ISIS.

A pesar de que el número de creyentes se ha reducido en Europa, el catolicismo sigue siendo una religión profundamente entrelazada en el tejido nacional de Francia, y el ataque provocó la indignación en todo el país.

ISIS puso a un grupo de iglesias francesas como blanco de ataque en el quinto número de su revista en francés que salió el pasado verano que decía “crear miedo en sus corazones”.

El grupo terrorista está tratando de eliminar las llamadas “zonas grises” para los musulmanes en occidente provocando una reacción de extrema derecha. Los recientes acontecimientos terroristas en Francia generaron una oleada de ira contra los musulmanes, que está siendo aprovechada por algunos para sacar réditos políticos.

Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Francia (CNCDH por sus siglas en francés), en 2015 se presentaron 429 amenazas contra musulmanes, una cifra que aumentó en un 223% respecto al año anterior.

Marine Le Pen, la líder del partido de extrema derecha de Francia reaccionó este martes a la atrocidad y pidió que las mezquitas fundamentalistas en todo el país sean cerradas.