Por tercera vez en las últimas 72 horas, los republicanos del Senado no consiguieron sacar adelante un plan para derogar algunas partes de la ley de salud vigente, el Affordable Care Act, conocido como Obamacare, que amenazaba con dejar sin cobertura a 15 millones de personas.
En un duro golpe al presidente Trump, que en las últimas semanas ha presionado a los senadores republicanos a actuar para acabar con Obamacare, tres senadores republicanos se sumaron a los demócratas, que votaron en bloque contra el tercer plan presentado (‘ skinny repeal plan’) para intentar desmantelar Obamacare.
En una tensa sesión en la que el resultado no estuvo definido hasta el final, todos los ojos estaban puestos en el senador John McCain, recientemente diagnosticado con cáncer cerebral y que se reincorporó esta semana después de una operación para participar en el debate.
McCain ha sido una de las voces críticas contra este plan, principalmente por el temor de dejar a millones de personas sin cobertura sanitaria, pero se mostró a favor de abrir el voto por lo que hizo pensar que quizá estaría de acuerdo en que el texto pasara a la Cámara de Representantes para continuar su debate.
El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, llegó al Capitolio en torno a la media noche para intervenir en caso de empate, pero finalmente, McCain, Susan Collins y Lisa Murkowski (que ya habían anunciado que votarían en contra) inclinaron la balanza hacia el ‘No’.
El texto proponía eliminar el ‘mandato individual’, que obliga a todos a tener un seguro médico; así como eliminar las multas a personas y a empleadores que no tengan u ofrezcan seguros médicos con ciertos requisitos (uno de los pocos puntos de consenso entre los republicanos).
La ley dejaría además sin fondos federales a la organización para los derechos reproductivos Planned Parenthood y daría a los estados flexibilidad en el cumplimiento de algunas de las protecciones garantizadas por la normativa actual.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés), una entidad no partidista, calculó que de llevarse a cabo el plan republicano 15 millones de personas podrían quedarse sin cobertura médica en la próxima década.
Golpe a Trump
Con 51 votos en contra y 49 a favor, Trump vio truncado su intento por cumplir su promesa electoral de derogar Obamacare (y anotarse una victoria legislativa) y acusó a los senadores de haber “defraudado” a los estadounidenses. Ante el tercer fracaso de los senadores republicanos desde que se abrió el martes el debate en la Cámara Alta, Trump instó a dejar que “Obamacare implosione”.
El fracaso del viernes es el último de una serie de infructuosos intentos por derogar esa reforma. Esta misma semana intentaron un plan mucho más esctricto que proponía eliminarlo sin reemplazo inmediato, postergando su revocación por dos años, hasta que lograran el consenso que no tienen y cuyo efecto hubiera sido dejar 32 millones de personas sin seguro.
No obstante, el secretario de Salud, Tom Price, dijo en un comunicado que el gobierno de Trump perseguirá sus metas sanitarias a través de la regulación. “Este esfuerzo continuará”, sealó en la nota citada por The Associated Press.
Futuro incierto
Desde que el presidente Barack Obama promuló la reforma de salud en 2010, numerosos congresistas republicanos se comprometieron a hacer lo posible para derogarla o sustituirla.
Sin embargo, después de siete años criticando la ley, la incapacidad para sacar adelante este proyecto -teniendo mayoría en ambas cámaras- deja en entredicho la unidad del partido republicano y la posibilidad de que puedan lograr su objetivo bajo el gobierno de Trump.
Visiblemente afectado por el nuevo fracaso, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, reconoció tras la votación: “Este es, claramente, un momento decepcionante”.
“Ha llegado el momento de seguir adelante”, agregó el senador que dejó la norma sanitaria en suspenso y anunció que el Senado pasaría a tratar otra legislación la próxima semana.
Pese a las objeciones que algunos senadores republicanos habían mostrado al ‘ skinny repeal plan’, parecían estar dispuestos a votar a favor para abrir una ronda de negociaciones con la Cámara de Representantes, que aprobó su propia propuesta sanitaria en mayo pasado, para llegar a un texto consensuado.
“Necesito garantías del portavoz de la Cámara y de su equipo de que si voto por el ‘ skinny repeal’ ese no será el producto final”, había dicho antes del voto el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, había expresado en un comunicado la voluntad de negociar con el Senado para elaborar una ley que pudiera firmar el presidente Trump.
“Estamos aliviados”
Por su parte, el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, animó a los republicanos a “trabajar juntos para mejorar” la actual ley de salud.
“No estamos celebrando, estamos aliviados”, subrayó Schumer al recordar que las propuestas republicanas amenazaban con dejar sin cobertura médica a millones de personas.
En las puertas del Congreso sí celebraron el resultado los grupos en defensa de Obamacare que se habían reunido para seguir la votación.
La AARP, que tiene 38 millones de miembros mayores de 50 años, está entre las organizaciones que habían expresado su rechazo a la ley por considerar que elevaría los costos médicos y reduciría las opciones de millones de estadounidenses, al tiempo que pidió un esfuerzo bipartito para lograr “reducir los costes, proteger y fortalecer” la cobertura médica.