Fue un pequeño paso para la tecnología de seguridad, pero un gran salto equivocado en el desarrollo de androides.
Este lunes un robot de seguridad, cariñosamente llamado Steve, se sumergió en una fuente de la ciudad de Washington.
Las fotografías muestran al robot triste y empapado, mientras continúa parcialmente hundido en el agua. Aún se ha aclarado si estuvo involucrado algún acto de mala fe externo o si simplemente Steve simplemente rodó por su cuenta hacia un camino oscuro.
La semana pasada, Steve había empezado a patrullar en Washington Harbour, un complejo ribereño en Georgetown, con restaurantes y oficinas. Washington Harbour y su promotor inmobiliario, MRP Realty, presentaron al robot en Facebook el 12 de julio.
La publicación promociona el “extenso catálogo de capacidades de seguridad” de Steve, que aparentemente no incluye ninguna lucha contra el crimen submarino.
Steve todavía estaba acostumbrándose a las calles que estaba programado para proteger. Se encontraba “creando mapas de las zonas” para prevenir teóricamente este tipo de accidentes.
“Esta fase inicial es nuestra oportunidad de implementar, revisar y remediar cualquier error en el sistema para avanzar tanto en la programación como en las características de seguridad de un centro concurrido de uso mixto como es el Washington Harbor”, escribió un portavoz de MRP en un comunicado dirigido a CNN. “Estos incidentes nos muestran dónde se necesitan mejoras, las cuales pueden desplegarse para contribuir a la seguridad en desarrollo de nuestros inquilinos, residentes y visitantes”.
A pesar de que Steve sólo había rodado por unos pocos días, ya tenía algunos amigos nuevos. “Parecía tan feliz y saludable”, recordó uno de los dolientes en Twitter.
Pero para otras personas, que trabajaban cerca de Steve, la noticia de su partida no fue muy triste. Alguien aseguró no tan cariñosamente que el robot era “muy extraño”.
Y para algunos, el ‘ahogamiento’ desafortunado de Steve fue una victoria para los humanos que que luchan contra la revuelta de los robots.
Una empresa llamada Knightscope produce robots como Steve. Según el sitio web de la compañía, estas Máquinas Autónomas de Datos (ADM, por sus siglas en inglés) utilizan múltiples sensores para detectar su ubicación y “navegar cuidadosamente” en el camino correcto. Y aunque Steve era “robusto y estaba protegido contra el vandalismo”, no parece que esas mismas protecciones pudieran salvar al robot de cualquier daño causado por el agua.
Esta no es la primera vez que un robot de seguridad ha estado en medio de un lío. En abril pasado, un hombre borracho en California se tropezó sobre un robot de Knightscope de 136 kilos. Y el verano pasado, otro robot en California golpeó a un niño pequeño.
No se sabe aún si Steve sobrevivió a su inmersión sin precedentes en la fuente. Afortunadamente, nadie resultó herido, excepto Steve.