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Inmigrantes a los que gritan ‘vuelve a tu país’, niños que sufren acoso en las escuelas por ser mexicanos, amas de casa acosadas por hablar en español en el supermercado, insultos y acoso a ‘dreamers’ a través de redes sociales, agresiones en el transporte público, casas de hispanos vandalizadas con grafitis antiinmigrantes… en el último año, los inmigrantes hispanos han estado denunciando un aumento en los incidentes racistas. Ahora, los últimos datos del FBI sobre crímenes de odio en 2016 parecen confirmar sus testimonios: el odio ha crecido en Estados Unidos.

Según la base de datos anual publicada este lunes, los crímenes de odio aumentaron un 4.6%, de 5,850 en 2015 a 6,121 en 2016. Los incidentes contra latinos aumentaron un 15% con respecto al año anterior. Los judíos, los musulmanes y las personas LGBTI también sufrieron más episodios de violencia que en 2015.

Hay que tener en cuenta que los datos del FBI no representan la realidad de forma fidedigna. Por un lado, las agencias policiales no están obligadas a reportar sus datos sobre crímenes de odio al FBI y alrededor de 3,000 de ellas no lo hacen y el 88% de las que deciden entregar su información reportan 0 incidentes. Por otro, solo uno de cada tres crímenes de odio son denunciados a las autoridades, según un estudio del Departamento de Justicia de 2013. Por ejemplo, los expertos aseguran que los inmigrantes, ya sean indocumentados o no, denuncian menos este tipo de episodios por miedo a la deportación o a las represalias por parte de las fuerzas del orden. La misma agencia calcula que cada año hay unos 250,000 casos de crímenes de odio (40 veces más que la estimación del FBI).

Sin embargo, la base de datos del FBI sigue siendo la fuente más fiable sobre el fenómeno en Estados Unidos. Estas son las principales conclusiones que se pueden sacar:

1) La raza, el principal motor del odio

Más de la mitad de los crímenes de odio (58%) fueron motivados por prejuicios raciales y, de ellos, más de la mitad se produjeron contra negros. Casi el 11% de los crímenes cometidos por raza fueron contra latinos o hispanos (344 incidentes y 449 ofensas en total), lo que supone un incremento del 15% con respecto al año anterior. Los incidentes contra personas árabes crecieron un 38% y contra blancos un 17%.

Centenares de hispanos nos han contado sus experiencias como víctimas de incidentes racistas a través del proyecto ‘El reporte del odio’. Los episodios van desde los simples insultos y comentarios antiinmigrantes a agresiones físicas. A pesar de que la violencia de los actos varía en su intensidad, las víctimas invariablemente dicen haberse sentido asustadas, intimidadas, traumatizadas y deprimidas como consecuencia de un incidente de odio.

2) Los incidentes se multiplicaron durante el periodo electoral

Uno de los puntos más interesantes del reporte es el pico de incidentes de odio que, según recoge, tuvieron lugar en los meses inmediatamente anteriores y posteriores a las elecciones presidenciales de 2016: entre octubre y diciembre de 2016, los crímenes de odio aumentaron un 25% respecto a 2015, el periodo de mayor crecimiento del año.

Varios expertos han trazado una relación entre la retórica antiinmigrante de Donald Trump y el incremento denunciado por algunas víctimas y organizaciones como el Southern Poverty Law Center y Anti-Defamation League en esas fechas.

3) Más de la mitad de víctimas de crímenes por motivos religiosos fueron judíos

El 54% de las víctimas de crímenes por razón de religión en 2016 fueron judíos y el 24% musulmanes, un incremento del 3% y el 20% respectivamente en relación al año anterior. En el caso de los musulmanes, se trata de una subida menos aguda que la de 2015, cuando las estadísticas del FBI registraron un 67% más de crímenes contra este colectivo, el mayor aumento desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Ambas comunidades religiosas han denunciado sendas oleadas de odio contra sus creyentes y durante el año hemos visto profanaciones de mezquitas, amenazas de bomba decenas de centros culturales hebreos y sinagogas y al menos dos cementerios judíos profanados.

4) Las personas LGBTI, en el punto de mira

Casi un año y medio después de la masacre en el club Pulse de Orlando, los miembros de la comunidad LGBTI siguen siendo uno de los colectivos más vulnerables al odio: el 18% de los crímenes en 2016 tuvieron como víctimas a personas LGBTI que fueron atacadas por su identidad u orientación sexual. Se trata de la tercera motivación, solo por detrás de los crímenes por raza y por religión. El 62% de las víctimas fueron hombres gays y el 11% mujeres lesbianas. El informe también recoge 131 incidentes de violencia contra la identidad de género de la víctima.

5) Un abanico de violencia que va desde la intimidación al asesinato

Los crímenes de odio son ofensas criminales tradicionales (asesinato, incendio, vandalismo, asalto, amenaza) motivados por la raza, etnia, religión, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad de la víctima. Los incidentes que recoge el informe del FBI oscilan entre las amenazas y el homicidio: el 44% fueron incidentes de intimidación; el 35%, asaltos y el 18% asaltos agravados. También se registraron nueve asesinatos y 24 violaciones.