Las autoridades consiguieron identificar al “atacante en serie” de Austin, Texas, gracias al rastro que dejó y las imágenes de una tienda de mensajería. Finalmente, lo persiguieron en la madrugada de este miércoles, cuando murió en su auto
Desde el pasado 2 de marzo, cuando ocurrió la primera explosión de un paquete en Austin, Texas, que dejó un muerto, la policía lo estaba buscando. Las siguientes acciones – cuatro explosivos más que dejaron otra persona fallecida y varios heridos- hizo que la capital texana viviera en un ambiente de terror y que las autoridades hablaran directamente de un “atacante en serie” al que trataron de buscar sin éxito. Hasta este martes.
La explosión en una tienda de FedEx en San Antonio fue el último capítulo del macabro plan que tenía en su mente Mark Anthony Conditt, el supuesto autor según lo identificaron varios medios. Y, sin saberlo, fue también la pista definitiva para dar con él. Este miércoles murió en su auto, tras una explosión, al ser rodeado por la policía.
Las autoridades habían conseguido dar con Conditt gracias a la tecnología, pero también a las huellas que fue dejando mientras compraba las diferentes partes que necesitaba para la fabricación casera de los paquetes explosivos.
Según indicó CNN, los investigadores descrubrieron que todas las bombas tenían algo en común:estaban construidas con materiales comunes que se utilizan en cuanquier hogar. Con esta información, comenzaron a visitar diferentes negocios y a buscar datos para identificarlo.
“Los agentes se desplegaron por toda la ciudad de Austin yendo a grandes tiendas, así como a comercios pequeños, intentado determinar si había compras sospechosas“, dijo Tony Plohetski, un periodista de investigación del Austin American-Statesman, a la cadena CNN. Los oficiales fueron registrando “los recibos y revisando los registros de ventas de esas tiendas”, explicó.
Según Plohetski, esta línea de investigación ofreció una “evidencia fundamental” que finalmente los condujo hasta el sospechoso.
Los rastros en su computadora
Gracias a esa información, las autoridades pudieron obtener órdenes para entrar en la IP de la computadora de Conditt. En ese momento, los investigadores observaron unas búsquedas “sospechosas” en el buscador de Google.
Toda esta información se sumó a las imágenes del joven en la tienda de FedExd. La grabación de las cámaras de seguridad mostraban a una persona con gorra, aparentemente con una peluca y portando un paquete con guantes.
“La policía dice que usaron eso como la pieza final que puso todo en orden, todo en las últimas 24 horas“, subrayó Plohetski.
Así que, convencidos de que él era su hombre, lo rastrearon a través de su teléfono celular y lo localizaron en un hotel de Round Rock, una ciudad situada a unas 20 millas al norte de Austin. En ese momento, todo se precipitó.
“Tuvimos varios oficiales tanto del departamento de policía como de nuestros socios federales quetomaron posiciones alrededor del hotel esperando la llegada de equipos tácticos”, dijo el jefe interino de la Policía de Austin, Brian Manley, en una conferencia de prensa. “Queríamos tener vehículos blindados aquí para poder intentar detener al sospechoso”, añadió.
Sin embargo, cuando estaban esperando por estas unidades, el joven comenzó a alejarse del hotel. En ese momento, las autoridades comenzaron a perseguirlo y poco después se produjo la muerte del sospechoso, que se cree tenía 23 o 24 años.
Un agente del equipo de fuerzas especiales SWAT disparó al sospechoso, quien detonó un paquete dentro de su carro.
“Mientras miembros del equipo SWAT de la policía de Austin se acercaban al vehículo, el sospechoso detonó una bomba dentro del vehículo, tirando hacia atrás a uno de nuestros policías SWAT. Y uno de nuestros oficiales disparó al sospechoso también“, explicó en rueda de prensa Manley, quien cree que con la muerte de Conditt se pone fin a la pesadilla que han vivido en Texas durante las últimas semanas.
En todo caso, los investigadores han advertido que aún podría haber más explosiones de paquetes que el sospechoso hubiera despachado antes de morir. La pesquisa también trata de establecer si actuó solo o tuvo ayuda de algún cómplice.
En todo caso, aún no hay un motivo que explique la colocación de las bombas. La policía está tratando de entender qué pudo llevar a este joven a aterrorizar una ciudad enviando los paquetes que dejaron dos muertos y varios heridos. Inicialmente se habló de una motivación racista, puesto que los objetivos habían sido negros y latinos. Pero varias personas blancas resultaron heridas en otra de las explosiones, por lo que las autoridades tuvieron que revisar su teoría inicial y ampliar el foco de las investigaciones.