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Alyssa Edwards, de 27 años, recibió la llamada de uno de sus hijos para avisarle que le había disparado a su hermana. La madre fue a casa, limpió la sangre de la cama y solo después de unas horas llevó a la pequeña herida al hospital.

Alyssa Edwards recibió un día la llamada de su hijo de 8 años para decirle que le había disparado cuatro veces a su hermana menor con el rifle de la familia. La madre, que estaba en el trabajo, volvió a casa, chequeó las heridas de la pequeña, limpió la sangre regada en la cama y regresó a su rutina, dejando de nuevo a los chicos solos en el hogar en Hayesville, a unas 70 millas al suroeste de Cleveland.

El arma con la que el niño disparó es un rifle calibre .22, que se encontraba guardado con otras armas, explicó el fiscal del caso, Christopher Tunnell, según la web Times-Gazette . Se desconoce si se encontraba bloqueado, pero aunque así hubiera sido, dice el fiscal, el pequeño sabía desbloquear el arma y “estaba familiarizado” con ella.

“La munición estaba guardada por separado, pero parecía que el niño de 8 años podía cargar el cartucho y la cámara con la primera ronda”, agregó el fiscal. Según dijo, la madre supo que su hijo había herido a la hermana menor a las 10:00 am del sábado, mientras trabajaba en una granja cercana: “Ella volvió a casa, limpió la cama que estaba cubierta de sangre, examinó a la niña de 4 años y estaba al tanto de que ella estaba herida y los dejó solos, de nuevo”, dijo.

Fue hasta las 2:00 pm cuando Edwards volvió a la casa y llevó a los niños al hospital. Para entonces, las heridas de la pequeña tenían pus. Las autoridades del hospital decidieron entonces llamar a la policía.

La mujer, de 27 años, fue encarcelada y es acusada por la Oficina del Alguacil del condado de Ashland, en Ohio, de haber puesto en peligro la vida de sus hijos. El magistrado Paul T. Lange le fijó una fianza de 30,000 dólares para salir de la cárcel del condado, donde se encuentra recluida.

Sobre los cargos, el segundo al mando en la Oficina del Sheriff del condado de Ashland, Carl Richert, insistió en que se le imponen por haber permitido que su hija de 4 años resultara herida, pero también por no haber estado en casa para detener a su hijo de 8 cuando tomó el rifle y haló el gatillo cuatro veces.

El fiscal Christopher Tunnell dijo que el esposo de Edwards creyó que ella había dejado a los niños con una niñera mientras ambos trabajaban. Pero en su lugar, la mujer dejó a los pequeños solos en casa.

La niña se encuentra internada y en condición estable en el Rainbow Babies and Children’s Hospital en Cleveland. Su hermano quedó en custodia de los servicios sociales.

El caso ocurre en momentos en que los jóvenes piden a sus Congresos estatales y al nacional una ley para el control en el acceso a las armas para menores de edad y personas con problemas mentales. Este movimiento surgió luego del tiroteo en la escuela secundaria de Parkland, en Florida, donde un joven de 19 años entró disparando una AR-15 contra todos y dejó a 17 personas muertas y 14 heridas.